Antes de que llegaran a nuestros hogares las cámaras de video VHS-C y Video8 en los 80, en el ámbito doméstico se podía filmar en Super 8 y cine 8mm. Retrocedamos un poco en el tiempo para saber cómo surgió el cine Super 8.
Antecesores del Super 8
En 1932, Eastman Kodak comercializó el conocido como ‘Doble 8’, ‘Regular 8’ u ‘8 estandar’, una película de 8mm de ancho creada a partir de la división de la película de 16mm. Su intención era, por una parte, aprovechar el proceso de revelado utilizando la infraestructura disponible en aquella época para el cine 16mm. Maximizar la capacidad de filmación, pues la película hasta entonces venía en rollos de 7,5 metros de largo, de modo que acababan siendo entregados en bobinas de 15 metros. Y por otra parte también querían acercar la filmación cinematográfica para su uso familiar con un coste menor.
Inicios del Super 8
Durante años, Eastman Kodak siguió apostando por el formato 8mm como formato doméstico de filmación. Realizó avances e innovaciones hasta que en 1965, lanzó al mercado el famoso Super 8, un formato mejorado de 8mm que simplificaba el proceso de filmación y ofrecía una mayor calidad de imagen.
Con el Super 8, se introdujo el «cartucho de quita y pon», con capacidad para 15 metros. Un concepto que en cierto modo se asemeja a las conocidas cintas de video y cassettes. Aunque dista mucho de la immediatez del video, pues había que revelar los cartuchos antes de poder proyectar las pequeñas bobinas Super 8 resultantes.
Así mismo, el Super8 ofreció un aumento de la definición de la imagen grabada, pues el cuadro es algo más grande que el de la película Regular 8. Estos cambios vinieron acompañados de una modificación de la perforación de la película.
Como podemos apreciar en la imagen superior, en las bobinas de 8mm Regular 8 la perforación es relativamente grande, mientras que la perforación de la película Super8 es pequeña.
Fuji y Single 8, final amistoso
Fuji Photo Film se sumó a los fabricantes de película Super 8, con su modelo de cartucho que se denominaba Single 8. Este último tenía una apariencia externa muy diferente al cartucho Super 8 de Kodak. Cabría esperar que la rivalidad por el mercado de las marcas y sus modelos acabase tan mal como la batalla VHS – Betamax, pero en este caso el desenlace fue algo más feliz para el usuario con proyectores Super8. Las películas encartuchadas en Single 8 eran Super8.
Auge del Super 8
Durante los años 60 y 70, el uso del cine Super 8 se extendió entre el público en general. Estudiantes de cine como el joven Steven Spielberg, artistas como Iván Zulueta, deportistas como Mark Spitz, médicos, científicos y aficionados, el uso del Super 8 se iba diversificando entre los diferentes ámbitos de nuestra sociedad ávida por inmortalizar las experiencias, almacenar las imágenes, analizarlas y compartirlas.
Poco a poco la tecnología era algo más accesible y menos costosa. Aparecieron variedad de modelos de cámaras y proyectores Super 8, y muchas mejoras técnicas. Entre ellas cabe destacar la comercialización, a partir de 1975, de la película sonora (película Super 8 pre-pistada que incorpora una banda magnética lateralmente) y de algunas cámaras dotadas de micrófono y un cabezal de grabación. Con éstas era más cómodo salir a grabar imagen y sonido sincronizado, aunque para ver las filmaciones había que seguir pasando por el laboratorio de revelado.
Los 80, cintas de video y un adiós
Sin embargo como ya mencionamos en otro artículo, las primeras cintas VHS aparecieron en el mercado en 1976. La cinta magnética, más conocida como cinta de video, proporcionaba más comodidad, inmediatez en el visionado, más capacidad de grabación y abaratamiento, por lo que la popularidad del Super 8 fue declinando progresivamente. Aunque la llama no se apagó definitivamente, pues aún siguen circulando muchas películas familiares filmadas en Super 8.
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Referencias para más información histórica sobre el cine Super 8: